jueves, 9 de febrero de 2017

The Head and The Heart en cuerpo y alma

El pasado 5 de febrero ya estábamos de vuelta a las andadas. No sé si fue cosa de domingo o cosa de “sunday” que esquivamos a los pikachus, a los aliens y a los predicadores de aliens como bien dijo Charity Rose. La cosa es que nos plantamos en la Joy Eslava, en nuestro rincón secreto de fácil acceso y perfecta visualización que nunca desvelaremos y nos dispusimos a ver a los grandes THE HEAD AND THE HEART.


The Head and the Heart, Joy Eslava, Madrid, conciertogusto, Charity Rose, Jonathan Russell


Desde el principio, con City of Angels del último álbum Signs of Light (2016), nos dimos cuenta de que en directo ganan un 200% más que en grabación y eso que tenemos el gran privilegio de poseer el vinilo. Las canciones que parecen más tranquilitas como Rythms and blues, Let’s be still o Take a walk en el escenario toman mucha más fuerza y más cuando Tyler Williams a la batería sacó una maraca por si no fuera poco, y Charity Rose su violín y banjo. Sólo con esta descripción os podéis imaginar que algo realmente magnifico se pudo escuchar en ese momento, en ese lugar.

Cuando ya teníamos todos los ojos haciendo chiribitas, entonces tocaron Lost in my Mind, canción que personalmente llevo escuchando desde que salió en el 2010. Así que me transportó a todos los momentos agridulces en los que tienes que sacar fuerzas de donde sea y seguir adelante con la sonrisa puesta. Parece muy de Mr Wonderful pero ¡¡joder!! es verdad; sin este tipo de canciones no hubiera sido igual.

Oh my dear fue la única canción en la que dejaron solo a Jonathan y su sombrero (Voz, guitarra, percusión) creando un ambiente más íntimo, al que faltaron las velitas y sin parar salieron los demás enganchando con I don’t mind y haciendo un contraste de ritmo, llevando al público a otro estado, el del buenrollismo.


The Head and the Heart, Joy Eslava, Madrid, conciertogusto, Jonathan Russell


Para cerrar la velada, pusieron toda la carne en el asador con All we ever knew (increíble), Shake y Rivers and Roads donde más pudimos flipar con la voz de Charity Rose que nos dejó a todos con la boca abierta y los pelos de punta.

El público, muy international, que se las sabía todas y estaba entregadísimo todo el concierto dio una acogida buenísima al grupo. Tanto que después del bis terminaron haciendo el primer tris de toda la gira (o eso dijo Charity) con Better Days como colofón. En general tocaron temas de cada álbum, sobre todo del primero y del último y canciones tanto cañeras como tranquilas pero no menos emotivas. Fue un placer escucharlas. Nos complace decir que éste es uno de esos grupos que remueven ilusiones que estaban abandonadas y motivan a seguir. Además, según pájaritos de primera mano, cabe esperarlos otra vez en España para ¡este verano!

Si alguien pudo escuchar con algo más que las orejas se fue aquella noche de vuelta a casa habiendo despertado del sueño y con ganas de ser un vivo viviente otra vez. Ahí queda eso.

P.D.: Tenemos que resaltar que 2 de cada 3 canciones de The head and the heart tienen un “uuuuuuh uuuuuh” en todas sus formas (ya sea “uuuuh yeah uuuuuuuuuh yeah”, “tururururu turururu”, incluso mucho oooooh oooooh) que es ya su marca personal. 



The Head and the Heart, Joy Eslava, Madrid, conciertogusto, maracas



sábado, 4 de febrero de 2017

Hugos en un sótano pamplonés


Hola jonibís :

El 17 de Diciembre nos dio por pasearnos por Pamplona y entre pintxos y potes encontramos indicaciones para ir al Nébula (calle San Francisco, 24 al lado del Txintxarri), lugar en el que esa noche iba a tocar el australiano Hugo Race.

Por 8 euros por cabeza y tras las cervezas previas de rigor, entramos a la parte baja del garito, que más parecía una sala de ensayos que un escenario para conciertos. Las reducidas dimensiones de la instalación se llenaron con unas 30 ó 40 personas. Había expectación e incluso algún asistente ilustre como Cabezafuego.

Antes de que Mr. Race nos demostrara que en Iruña los australianos saben hacer más cosas que dejarse cornear en sanfermines, Jon Ulecia ejerció en solitario como telonero. Jon estuvo un buen rato peleándose con los acoples de los amplis durante su actuación. Pero cuando consiguió vencerlos pudo deleitarnos con Anything Goes, una suerte de eslabón perdido entre el blues y el rock que nos encantó. Entre los ilustres asistentes se encontraba Cristina, de El Columpio Asesino, que saltó al escenario para cantar la última canción, I wish, en la que Jon se relajó por fin limitándose a tocar la guitarra.

Tras un descanso, en el que salimos de la sala y se realizó una breve prueba de sonido, volvimos a entrar ahora sí para presenciar el fin de gira de Hugo Race, quien en esta ocasión venía acompañado del guitarrista Henry Hugo.

Nébula, Hugo Race, Henry Hugo, Pamplona, Iruña


El exguitarrista de The Bad Seeds nos recibió con Wildcards demostrando que su registro vocal tira por los graves y con No Stereotype nos envolvió con sus acordes como queriendo hiptonizarnos. La casi susurrada Elevate my Love nos recordó vocalmente al Quatre Mains de dEUS. A estas alturas comparar la voz de Hugo Race con Leonard Cohen se hizo muy obvio entre el público.

El australiano sacó todo el blues de su guitarra redondeada para demostrarnos cómo se llevó a su terreno el When My First Wife Left Me de John Lee Hooker. Tras explicarnos que la guitarra con la que tocaba había sido perdida y recuperada 5 años después en Catania (Sicilia, Italia, Europa, el mundo), el concierto continuó con un trío de su último disco 24 Hours to Nowhere, que contó con la canción que nombra al disco, Power of you and me y Lost in the Material World que tiene la capacidad de distinguir a los humanos de los vegetales aunque no entiendas inglés. 

El concierto discurrió con el público entregado a disfrutar de cada nota, a registrar en su retina cada segundo de actuación, ya que con la "curiosa" y escasa iluminación de la sala usar móviles para vídeos y fotos era un ejercicio de futilidad. En aquel sótano pamplonika discurrían canciones como Poor Boy, Ghostwriter, Nightvision que repasaban trabajos anteriores de la carrera de Hugo. En ningún momento se dejó intimidar por una audiencia de la que se distanciaba apenas unos centímetros más de lo que mide el mástil de su recobrada guitarra y aprovechó esa cercanía para producir una intimidad que difícilmente se podría conseguir en un local más grande. 

La actuación terminó con Will you Wake up que nos invitó a abandonar oniria y volver al mundo real. 

P. D.: Qué gusto da encontrar estas cosas sin buscarlas. Además, nos llevamos la setlist como recuerdo tras una breve charla con Hugo Race.

pedalera, Hugo Race, conciertos
Hermanos, a bailar como marranos



lunes, 12 de diciembre de 2016

SONORAMA 2016: TERCERA JORNADA, CHISPÚN !!


Seguimos en Aranda. Abrimos la puerta de la tienda y nos damos unos cuantos paseos hasta que nos podemos poner en marcha: al baño, a la ducha, a la cafetería, a lavarnos los dientes,... y claro, con tanto paseo, llegamos tarde a la Plaza del Trigo y sólo podemos ver el final de Amatria. No sin pasar ciertas apreturas y calor.  Aranda está que bulle; el pueblo entero está en la calle y si le sumas todos los festivaleros más los visitantes de la parte gratuita del festival hace que las calles estén a reventar y las plazas tienen una capacidad limitada. Así que decidimos que para ver a Modelo de Respuesta Polar desde el "Almacén de Drogas" (convertido hace pocos años en bocatería) mejor llegamos con tiempo al nuevo escenario Charco en el Parque de la Isla.

Un acierto la inclusión de este escenario en un parque al lado del Duero que da buen rollito y frescor, aunque un poco apartado del resto. Sin embargo la curiosidad no fue el único factor que nos trajo a este lado de la ciudad; resulta que ahí actuaba nada más y nada menos que Javiera Mena.

Javiera nos ofreció una sesión de baile, con sus mezclas y su voz que activó y encantó a todo el que estuvo presente, incluso paseantes curiosos ajenos al festival se quedaron para ver cómo el público se lo pasaba teta a la sombra de los chopos con la música y la colección de armas de agua que portaba la audiencia.

Desde Los Olores de tu Alma el concierto fue amenizado con las coreografías de las bailarinas Ana y Lucía, que fueron bastante acordes con la performance de la chilena y nunca estuvieron de más. No faltaron los bombazos Otra Era y la reclamada Espada. La actuación terminó con la versión de Yo no te pido la Luna, que nos hizo bailar al unísono con su coreografía sencillita y resultona. Además nos llevamos de recuerdo una de las camisetas que lanzaron al público.

Sonorama, Charco, Duero, Aranda, Javiera Mena, Otra era, concierto, festival

Con una sonrisa de oreja a oreja por lo visto y oído nos desplazamos a la Plaza del Rollo donde pinchaban las Despechadas Pinchadiscos, que empiezan a ser un clásico del Sonorama. Ofreciendo una sesionaca bailada al sol castellano de las 4 de la tarde (menuda torradera). Aún seguíamos ajenos a que la sorpresa del día en la Plaza del Trigo fue la aparición de Grises.

Despechadas, Plaza  del Royo, Sonorama


Como aún quedaba una larga jornada, nos desplazamos al camping a echar una minisiesta interrumpida por los conciertos del escenario Carsons Camping. En este caso nos "despertó" Mayor Tom con su Superatasco en la A-5, a quien alguien del público encontró la rima fácil que vamos a omitir aquí.
Mayor Tom, Carsons Camping, Sonorama

Todo esto ocurría mientras en el recinto tocaban Señores y Mucho. En los silencios de Mayor Tom, se llegaba a oir algo de estos conciertos en el camping.

Cuando por fin nos pusimos en marcha hacia el recinto, en el camino íbamos oyendo a SecondPrimera Vez y 2502 para comenzar. Como el camino este año es más largo por la ampliación del recinto fueron aún más canciones las que oímos desde fuera.

Tras enseñar al personal del seguridad que la pulsera no se abría nos quedamos en el escenario BOD, donde vimos a unos muy vitales Mirémonos ocupando con sus tablas el escenario con mucha energía. Nos alegra, ya que la última vez que les vimos sobre un escenario fue cuando telonearon a El Columpio Asesino en la Joy de Madrid y anunciaban un episodio clínico de su componente Álex. Quedó demostrado que ese corazón se recuperó.

Nos quedamos en ese escenario porque allí tocaron los versátiles Perro, quienes ascendían de haber tocado en la Plaza del Trigo en anteriores ediciones al BOD. A pesar de la expectación, en las dos primeras canciones la gente miró más hacia atrás que hacia delante. Mala noticia, porque a quien miraban era al técnico de sonido, al que reclamaban que el micro del cantante no se oía. La solución fue intercambiar las ubicaciones del guitarrista (cantante) y del bajista. Los problemas técnicos siguieron hasta Ediciones Reptiliano, en la cual los murcianos ya tapaban el sonido de conciertos cercanos, como el de Luis Brea y empezaron a, por fin, ser protagonistas con sus dos baterías. Cuatro baquetas marcando ritmos frenéticos en Azul Mayoría Absoluta nos preguntaban el título del álbum ¿Estudias Navajas?. Tras un sonoro "Moríos tós" se nos llevó al disco Alabama por medio de Naciones Unidas, que nos  preparó para el ansiado relato familiar sobre la identidad de La Reina de InglaterraSi alguien parpadeó entre esta canción y Droga Porro se perdió cómo uno de los baterías se puso al frente para tocar el bajo. En Olrait los ladridos perrunos de "Teatro Hecho", o lo que quiera que se diga en la letra, fueron aumentando la juerga hasta la esperadísima Marlotina, donde la chavalada se recordó a sí misma intercambiando cromos de George Finidi (o "Fanada" como entendimos desde abajo), Валерий Карпин y Jimmy Floyd Hasselbaink. ¡Qué delanteros aquéllos!

Con los ecos de la alineación se despidieron los Perro de un concierto del que salieron airosos a pesar de los múltiples problemas técnicos con desparpajo y buen humor.

Debido al solapamiento de conciertos, pillamos el de Mando Diao empezado. Como sospechábamos, ya no molan tanto como al principio de su carrera, cuando sorprendieron con God Knows o Down in the Past. Pero hay que reconocerles que Gloria y sobre todo Dance with Somebody son unos temazos que hay que tener siempre en cuenta.

Aprovechamos el concierto de Álex Cooper para descansar un poco, cenar y hasta encontrarnos un bolso que pudimos devolver a su legítima dueña. Un saludo Rosa.

También tocó Izal.

A los franceses Exxonvaldes no les valió el peloteo de llamar Aranda a su último trabajo y fueron recluidos al escenario BOD cuando deberían haber estado (en nuestra opinión) en el escenario principal.

La causa mayor nos hizo salirnos del recinto y perdernos el resto del festival. Mientras nos alejábamos sonaban los acordes de Nueva Dimensión Vital de Corizonas que nos dio mucha rabia perdernos y no poder contaros.

Es una pena que no dispongamos del Delorean para darnos un Cycle en el tiempo y poder acudir a estos dos conciertos. Estos dos y todos los que nuestros yoes pasados no tuvieron tiempo de ver, con cuidado de no cruzarnos con nosotros mismos y provocar una paradoja temporal que podría causar hecatombes como vivir en bucle en un festival sin Dorian ni LOL.